La ruta inacabada
del Molino Galacho
(Una mañana de lluvia).
Centro de Participación Activa (10/05/2021)
GRUPO DE SENDERISMO
Fuente: Pepe Villalpando
Hoy tocaba ir al Molino Galacho porque así estaba acordado. Debo decir antes de empezar, que el grupo de senderismo se ha dividido en dos: Uno con unas treinta personas que caminan rápido, muy rápido, casi van corriendo... Y otro grupo a los que no les gusta correr, sino pasear. Y así se llama: Grupo de Paseo.
Pues como decía. Hoy tocaba ir al Molino Galacho que es una ruina de un antiguo (año 1754) edificio enclavado en la marisma del Rio San Pedro. El Río San Pedro hace de linde entre el Puerto de Santa María y Puerto Real Y la marisma está también dividida en dos partes, una llamada Cetina (Hoy industrializada como salina intensiva), y otra llamada Las Aletas. Este nombre está deformado de su antiguo La Saleta (Lugar donde hay sal)
Y sigo. El molino fue construido en 1754 en un galacho de la marisma por un navarro llamado Goyena. Y de ahí recibe también el nombre de Molino de Goyena. Aclaro diciendo que un galacho es un caño que queda en seco con la marea baja.
En 1754 la zona gozaba de gran apogeo económico tras el traslado de la Casa de la Contratación de Sevilla a Cádiz (1717), y aprovechando la circunstancia, éste señor llamado Goyena construyó este molino de marea. Y puedo contar como anécdota, que el traslado se hizo porque los barcos que llegaban cargados desde el Nuevo Mundo a España no podían llegar a Sevilla por el Guadalquivir por el gran calado que tenían y su fondo tropezaba con la barra del río que está en Sanlúcar. Los marinos decían "La barra me da". Y así se le quedó el nombre de Barrameda.
Y vamos ya a las fotos.....
Éste camino ya se está haciendo habitual en nuestras rutas...
Casi siempre tomamos este carril...
El cielo amenazaba lluvia, pero el WindGurú decía que no llovería hasta la una del mediodía...
Y le hicimos caso.
Entramos al Parque Natural de La Algaida por el camino que era la antigua vía del Tren del Dique.
Y llegamos a la nueva pasarela de la Universidad que la atravesamos mientras las primeras gotas nos humedecían los brazos... (Empezaba a llover). Y atravesamos la dicha pasarela bajo la lluvia y tratando de salir de allí lo mas pronto posible y guarecernos en algún sitio...
Ésa misma pasarela fue nuestra salvación porque el chaparrón ya era de romper cristales. Allí debajo aguantamos como pudimos hasta la escampada. Es cierto que cada vez que llueve, escampa.
Pero somos aguerridos, intrépidos, valientes y no nos arredra el peligro. Así que iniciamos de nuevo por uno de los carriles de Las Aletas (...¿O Saleta?)
Y allí cuando divisábamos el Molino Galacho a lo lejos y camuflado por el color de la vegetación. Allí. Empezó a llover de nuevo. Ya la cosa no pintaba bien. Veíamos el terreno por el que teníamos que pasar y era un barrizal. Las pergañas se nos iban a pegar a las botas. Ya no éramos tan valientes... No tenía la ruta buen cariz. Y el guía, como buen guía, dijo solemnemente: "Volvámonos"
Empezamos a caminar buscando refugio. ¿Porqué será que a nadie le gusta que le llueva?. Hubo hasta quien aprovechó una bolsa de basura nueva para improvisar un chubasquero..... Pongo mas fotitos.
Bueno... Y aquí terminó la ruta. Hemos caminado hemos charlado, nos hemos reído, pero sobre todo hemos disfrutado. Y esperamos la próxima para correr, charlar, reír, y disfrutar de nuevo.
¡Ah! No faltó el sentido del humor...
Y no he contado como funciona un molino de marea... Cachiiiisssss!!!!!
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