Desde el siglo XVI, de manera recurrente, la ciudad de Jerez anduvo embarcada en dos grandes proyectos: la traída de aguas y la canalización del Guadalete y su unión con el Guadalquivir. Si bien el primero de ellos vio la luz bien avanzado el XIX, la mejora de la navegación por el Guadalete y, el sueño de acercar el río a los pies de la ciudad ha conocido tantas frustraciones como proyectos se han sucedido en todos estos siglos. Junto a ellos, otro ansiado sueño, unir el Guadalete con el San Pedro para conseguir una salida navegable más directa a la Bahía de Cádiz sin pasar por El Puerto, llegó a materializarse aunque tuvo un curioso y accidentado final.
Cuenta el padre Rallón en su Historia de la Ciudad de Xerez de la Frontera, que ya en 1622 el concejo de Xerez había acordado realizar una obra que uniese ambos ríos para buscar así una salida más directa a los barcos que desde la ciudad se dirigían a la Bahía de Cádiz y evitar las dificultades que ocasionaba la barra de la desembocadura del Guadalete. El proyecto se retomó con más fuerza con ocasión de la epidemia de peste de 1648 y su aparición en la vecina ciudad
Enterado de la obra, el duque de Medinaceli se presentó en Xerez ante el cabildo y solicitó del corregidor Don Pedro de Contreras que, puesto que se carecían de los oportunos permisos, se paralizase. “Y él lo puso en ejecución, enviando ministros que estorbasen la obra. Más ella había tomado tal fuerza que no se atrevieron a más de la autoridad de la justicia por ser eclesiásticos y a todos los que andaban en la obra y porque se vieron que el común no se inquietase porque muchos estaban a la vista para favorecer la clerecía en caso que se quisiese hacer alguna violencia, por lo cual les hicieron muchos requerimientos y suspendieron las demás diligencias. Viendo el duque el estado del negocio, tomo testimonio de lo que pasaba y lo remitió al concejo. Lo mismo hizo el corregidor y con el dio cuenta el arzobispo para que envíe al juez que procediese contra la clerecía para que constase que la ciudad no cooperaba en la acción. Las diligencias prosiguieron muy vivamente y los obreros no se descuidaban en acabar su obra. El arzobispo envió su visitador, a instancia del duque, para que reprimiese la clerecía y el concejo dio orden a don Jerónimo Pueyo, regente de la Audiencia de Sevilla, para que viniendo a Xerez, el uno con la potestad real y el otro con la eclesiástica, detuviesen aquel torrente de pueblo que con toda instancia proseguía la obra comenzada”.
Cuenta Rallón que “el negocio se redujo a juicio civil” y que mientras duraban los pleitos, se terminó de abrir el canal, “…habiendo roto más de mil baras de tierras y dejando el río Guadalete con dos bocas al mar, recibiendo por esta nueva tanta agua salada que lo hizo más caudaloso y subió más de una legua arriba. De modo que no pudo ser de provecho para el abrevadero de los ganados y hubieron de hacer pozos para que bebiesen, con que se reconoce que no se le quitó ningún caudal, antes se lo añadió y lo hizo más navegable. Pero como la autoridad del duque era tanta, pudo vencer esta verdad de que hacía demostración la misma experiencia, fundado su pretensión en que faltaba agua en el brazo que iba por El Puerto para poder navegar las galeras que tienen en el su surgidero. Y tuvo sentencia a favor para que se volviesen a cerrar..y don Jerónimo del Pueyo mandó que se cerrase el nuevo canal..”.
La ciudad obedeció y se iniciaron las obras para realizar “la tapa” del canal abierto, al que se bautizó con el nombre de río San Pedro, pero no debía ser tarea fácil ya que como afirma Rallón “...la violencia del agua era tanta que lo que hacían cincuenta hombres con azadas y espuertas en doce horas que duraba la marea, lo destruía la creciente con tanta violencia que parecía que no se le había echado una espuerta de tierra". Ante la imposibilidad de poder cerrar materialmente el canal se optó por otra solución: sancionar a los barqueros que lo utilizasen. Estas medidas no debieron surtir mucho efecto y, según cuenta Bartolomé Gutierrez, en sus “Anales de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Xerez de la Frontera” en 1649, “deseando evitar los fraudes de las Reales rentas, con una galera que echaron a pique, creyeron ver lograda la pretensión; pero no surtió el efecto que se deseaba por entonces aunque contuvo algo”.
El pleito se resolvió finalmente a favor de El Puerto y Jerez fue condenado a las costas del cerramiento el cual, a decir de Rallón “...para que se hiciese con obra permanente se determinó que se atajase con un taco de cantería haciendo una azuda a satisfacción de la parte”. Bartolomé Gutiérrez confirma estas dificultades para cerrar el canal abierto y añade que en 1654 “…no pudiendo estorbar el paso a los barcos, citaron las dos ciudades, para que con Ingenieros reales concurriesen en aquel sitio, y dieren forma y modo de estorbar esta navegación; y en efecto el día 9 de marzo concurrieron en el citado lugar con sus Diputaciones y los Ingenieros con ellas para efecto tan deseado, en que convinieron para su ejecución”. El padre Rallón da cuenta de que tampoco surtió efecto esta obra de “la tapa” y las mareas socavaron los estribos del azud de sillares de cantería que se construyó, volviendo a unirse el San Pedro con el cauce del Guadalete, con tanta fuerza “... que hoy puede navegar por él un navío”. Todavía en 1699 no se había conseguido solucionar el problema y de nuevo en los “Anales…” se menciona que “... se volvió a trabajar sobre cerrar el río de S. Pedro, pero no se consiguió”.Para saber más:
- Gutiérrez, B.: Historia y Anales de la muy noble y muy leal ciudad de Xerez de la Frontera, Edición facsímil. Tomo II. BUC .Jerez, 1989, vol I, pp. 216, 220 y 258.
- Rallón, E.: Historia de la ciudad de Xerez de la Frontera y de los reyes que la dominaron desde su primera fundación, Edición de Ángel Marín y Emilio Martín, Cádiz, 1997, vol. IV, pp. 18-19 y 99-100.
Salina La Tapa.
GRUPO DE
SENDERISMO «AVIVAELPASO»
Fuente: PepeVillalpando
Después de mucho intentarlo, hoy hemos hecho la Salina La Tapa. Se ha suspendido en varias ocasiones, por lluvia, por viento, por haber otras mas interesantes..... Varias veces se ha suspendido. Pero hoy a pesar de que la meteo indicaba lluvia, hemos cogido chubasqueros, impermeables y paraguas y nos hemos ido de ruteo. No ha caído ni una gota. Estamos condenados a la sequía y los pantanos se secan.... "Siempre nos quedará el mar..."
Y a la hora indicada, con la puntualidad que nos caracteriza, estábamos en el tren para irnos al Puerto. La puntualidad es para no perder el tren.
Y la hora puntual también en la estación de El Puerto de Santa María, empezamos a caminar...
Al llegar al Club Guadalete, dejamos el asfalto y nos metimos en la salina. Ana se nos incorporó en la estación del Puerto con lo que el grupo se convirtió en una docena de senderistas.
Buscamos el muro de la salina que nos llevaría a la Casa de Bombas, pero unas rodadas de bicicletas nos engañó y tomamos otro camino. No importa. Nos volvimos y tomamos el correcto. Pero hubo que volver a sortear de nuevo el gran peligro de pasar sobre un entarimado de madera que amenazaba con desplomarse sobre el agua. Lo atravesamos con gran valor y seguimos adelante... Hacia la Casa de Bombas.
| Coto de La Isleta |
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1 comentario:
¡Con Buena Marcha!
Acudimos a esta ruta un total de
12 senderistas, 7 damas y 5 varones.
Esta vez nadie se quedó en tierra
y hubo tiempo suficiente
para sacar los billetes de tren.
Muy bien toda la organización,
Gracias Pepe. Un abrazo cordial.
¡Salud y Cuidarse!
https://esotobordoy.blogspot.com/2022/02/avivaelpaso-ruta-senderista-la-salina.html
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