Vamos
a plantear ahora un posible desarrollo inicial que resultaría ideal.
Comenzamos
la partida moviendo
dos pasos uno de los peones centrales: 1.e4
o 1.d4
1.
|
e4
|
…
|
Esta
jugada
tiene ventajas: ocupa el centro y aumenta la actividad de varias piezas, la dama y el alfil
de casillas
blancas.
Con
ella, las blancas
aumentan mucho su dominio del centro y la actividad de sus piezas.
Podemos
observar en el diagrama,
las flechas indicando la gran cantidad de casillas que controla el jugador
blanco tras esta jugada.
Supongamos
que las blancas
pudieran realizar otra jugada más.
Si
consiguen avanzar el otro peón central,
lograrán un centro
de peones, con un control casi absoluto.
2.
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d4
|
…
|
Ahora,
las piezas
blancas controlan más de la mitad del tablero.
Si
nuestro rival no hiciese nada, el desarrollo ideal sería parecido al
siguiente:
Diagrama 3
Naturalmente,
es muy
difícil lograr una posición así, ya que el rival, con sus movimientos, lo
impedirá.
Pero para
llegar a ella, las blancas sólo necesitan diez jugadas.
2 jugadas peones centrales.
4 jugadas caballos y alfiles.
1 jugada enroque.
3 jugadas intercomunicación de las torres.
En la
apertura este debe ser el ideal a buscar.
Ø
El
desarrollo ideal es ocupar el centro con los peones centrales
flanqueados por alfiles y caballos.
Fuente: Curso Audiovisual de Ajedrez
II.- APERTURAS. Capítulo 1º. DESARROLLO Y CENTRO.
Lección 3ª. EL DESARROLLO IDEAL.
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