lunes, 28 de octubre de 2019

EL RELOJ DE AJEDREZ.

La incorporación del reloj de ajedrez, que ocurrió en la segunda mitad del siglo XIX, dio nuevas perspectivas a las partidas de este juego.


Anteriormente, las partidas podían durar muchas horas, incluso días, ya que cada jugador podía utilizar todo el tiempo que quisiera para hacer sus jugadas, lo que, además de poco práctico, se prestaba al abuso.


Con la llegada del reloj al ajedrez, se solucionó definitivamente este problema y se dio un paso decisivo para convertir el juego del ajedrez en un deporte de competición.


Al inicio de la partida, cada jugador recibe un tiempo determinado.


Si lo consume sin haber finalizado la partida o haber realizado el número de jugadas previamente estipuladas, se le declara perdedor, sin tomar en consideración la valoración de la posición de sus piezas o el dominio de la partida.



Reloj analógico


El reloj de ajedrez es básicamente un doble cronómetro que mide por separado el tiempo que emplea cada jugador en su turno de movimiento.


Los modelos antiguos tenían dos esferas y un mecanismo que ponía en marcha uno de los dos cronómetros y detenía el otro.


Cuando un jugador hacía su jugada, accionaba el mecanismo que detenía su reloj y ponía en marcha el del contrario.


Cada uno de los relojes tenía una banderita junto a la marca de las 12 horas, que caía cuando la aguja mayor pasaba por allí, indicando que ha había cumplido la hora o el tiempo previsto.


Lo habitual era dar dos horas a cada jugador para completar 40 jugadas, y luego disponía de una hora más para llegar a la jugada 60 y así sucesivamente hasta terminar la partida.



Reloj analógico ruso


De esta manera solían jugarse las grandes competiciones, que incluían aplazamientos de las partidas cuando éstas superaban las seis horas de duración.


Por otra parte, siempre han existido ritmos más rápidos, que dan a la partida un carácter más vivo.


Principalmente hay dos: uno semirrápido, donde cada jugador recibe menos de una hora para toda la partida y pierde aquél que agota el tiempo, salvo que antes haya dado mate o se den tablas reglamentarias.


La otra modalidad, muy popular, son las llamadas partidas rápidas (o habitualmente en el término alemán ‘blitz’), donde el tiempo asignado es de 5 minutos para toda la partida.


En la actualidad se emplean relojes digitales, mucho más precisos y que además permiten una variante que fue propuesta por el campeón mundial Bobby Fischer: el incremento de tiempo.



Reloj digital


La idea del incremento de tiempo es evitar las situaciones en que uno de los jugadores (o ambos) disponen de tan poco tiempo que la partida se convierte en un recital de golpes al reloj tras cada jugada.



Para ello, con cada jugada realizada, el reloj añade una cierta cantidad de tiempo, que permitirá al jugador hacer su próximo movimiento con algo más de tranquilidad.


Los torneos oficiales actuales suelen jugarse con el ritmo de 90 minutos para cada jugador, con un incremento de 30 segundos por jugada.


Las partidas semirrápidas se suelen jugar con 20 ó 25 minutos y un incremento de 10 segundos por jugada y las relámpagos, con 3 minutos y un incremento de 2 a 5 segundos, aunque sigue siendo muy popular la versión de 5 minutos sin incremento.


Según las «Bases para Torneos y Campeonatos de Ajedrez» en nuestro Centro P.A. para Personas Mayores de Puerto Real (Cádiz), el ritmo de juego:


Es de SESENTA (60’) minutos “a finis”
por jugador y partida.


RITMO
TIPO DE PARTIDA
90 minutos
Competición
60 minutos
Propias del C.P.A.
30 minutos
Semirrápidas
5 ó 3 minutos
Rápidas o blitz
1 minuto
Bala o bullet


Fuente: Curso Audiovisial de Ajedrez

I.- REGLAS: Capítulo IV.-
REGLAS DE LA COMPETICIÓN.
Lección 10ª. EL RELOJ DE AJEDREZ.


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