La incorporación del reloj de ajedrez, que
ocurrió en la segunda
mitad del siglo XIX, dio nuevas perspectivas a las partidas de este
juego.
Anteriormente, las partidas podían
durar muchas horas, incluso días, ya que cada jugador podía utilizar todo el tiempo que quisiera
para hacer sus jugadas, lo que, además de poco práctico, se prestaba al abuso.
Con la llegada del reloj al ajedrez,
se solucionó definitivamente este problema y se dio un paso decisivo para convertir el
juego del ajedrez en un deporte de competición.
Al inicio de la partida, cada jugador recibe un tiempo
determinado.
Si lo consume sin haber finalizado la partida o haber
realizado el número de jugadas previamente estipuladas, se le declara perdedor, sin tomar en
consideración la valoración de la posición de sus piezas o el dominio de la
partida.
Reloj analógico
El reloj de ajedrez es básicamente un doble
cronómetro que mide por separado el tiempo que emplea cada jugador
en su turno de movimiento.
Los modelos antiguos tenían dos
esferas y un
mecanismo que ponía en marcha uno de los dos cronómetros y detenía el
otro.
Cuando un jugador hacía su jugada,
accionaba el mecanismo que detenía su reloj y ponía en marcha el del contrario.
Cada uno de los relojes tenía una banderita
junto a la marca de las 12 horas, que caía cuando la aguja mayor pasaba por
allí, indicando que ha había cumplido la hora o el tiempo previsto.
Lo habitual era dar dos horas
a cada jugador para completar 40 jugadas, y luego disponía de una hora más
para llegar a la jugada 60 y así sucesivamente hasta terminar la partida.
Reloj analógico ruso
De esta manera solían jugarse las
grandes competiciones, que incluían aplazamientos de las partidas cuando
éstas superaban las seis horas de duración.
Por otra parte, siempre han existido
ritmos más
rápidos, que dan a la partida un carácter más vivo.
Principalmente hay dos: uno semirrápido,
donde cada jugador recibe menos de una hora para toda la partida y
pierde aquél que agota el tiempo, salvo que antes haya dado mate
o se den tablas
reglamentarias.
La otra modalidad, muy popular, son
las llamadas partidas
rápidas (o habitualmente en el término alemán ‘blitz’),
donde el tiempo asignado es de 5 minutos para toda la partida.
En la actualidad se emplean relojes
digitales, mucho más precisos y que además permiten una variante que
fue propuesta por el campeón mundial Bobby
Fischer: el
incremento de tiempo.
Reloj digital
La idea del incremento de tiempo es evitar las
situaciones en que uno de los jugadores (o ambos) disponen de tan poco tiempo que la partida
se convierte en un recital de golpes al reloj tras cada jugada.
Para ello, con cada jugada realizada, el reloj añade
una cierta cantidad de tiempo, que permitirá al jugador hacer su
próximo movimiento con algo más de tranquilidad.
Los torneos oficiales actuales suelen jugarse con
el ritmo de
90 minutos para cada jugador, con un incremento de 30 segundos por jugada.
Las partidas semirrápidas se suelen
jugar con 20
ó 25 minutos y un incremento de 10 segundos por jugada y las relámpagos,
con 3 minutos y un incremento de 2 a 5 segundos, aunque sigue siendo
muy popular la versión
de 5 minutos sin incremento.
Según las «Bases para Torneos y Campeonatos de
Ajedrez» en nuestro Centro P.A. para Personas Mayores de Puerto
Real (Cádiz), el ritmo de juego:
Es de SESENTA (60’)
minutos “a finis”
por jugador y partida.
por jugador y partida.
RITMO
|
TIPO DE PARTIDA
|
90 minutos
|
Competición
|
60 minutos
|
Propias del C.P.A.
|
30 minutos
|
Semirrápidas
|
5 ó 3 minutos
|
Rápidas o blitz
|
1 minuto
|
Bala o bullet
|
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